Introducción. El valle como microcosmos

Estamos en medio de un bosque artificial

Antes esto era un páramo. 1377 hectáreas en concreto.

El gobierno de Franco, nada más terminar la Guerra Civil, a través de un decreto emitido en el BOE en 1940 ponía en marcha un proyecto que involucraba la construcción de un nuevo bosque. ¿Por qué?

“Caídos por Dios y por España” reza el acceso a una de las galerías. Desde ella se puede acceder a un complejo de galerías y accesos menores donde se encuentra la cripta. Rodeando el cuerpo principal de la basílica, cajas fúnebres se apilan configurando columbarios. Este apilamiento de restos humanos configura una segunda pared que abraza, desde galerías interiores, el lugar de culto religioso.

Desde 1959 hasta 1983 fueron trasladados al interior de la basílica 33847 personas según los registros de los monjes benedictinos, encargados del control y ubicación de éstos en los espacios habilitados para ello. El abrazo entre los restos fúnebres de muertos durante la Guerra Civil, desplazados muchos de ellos de manera unilateral durante cerca de veinte años desde diferentes puntos de la Península, y el volumen dedicado al culto católico no es casual sino parte de uno de los pilares ideológicos de la dictadura.

Sin embargo, el tratamiento de los restos dista mucho del descanso eterno prometido por el dictador. Más allá de los desplazamientos forzosos sin comunicar a las familias en el traslado, la falta de correcta identificación, localización, acceso y conservación de los cuerpos hace que sea muy difícil la exhumación o duelo individual por parte de las familias.

Los sucesivos movimientos y traslados de restos, así como la descomposición material de las cajas fúnebres y las filtraciones de agua ha hecho que los contenidos de éstas se dispersen por los espacios de la cripta, mezclándose y confundiéndose entre sí así como con el propio material del monumento. Así lo reflejan los informes forenses elaborados en la última década donde hablan de “extrema complejidad” a la hora de abordar esta cuestión.

Las infiltraciones y descomposición fruto de una mala ejecución del edificio está haciendo que los cuerpos se infiltren en la materialidad pétrea del monumento y viceversa, que las humedades descompongan los restos a honrar. Una materia arquitectónica híbrida, evidencia material de unas intenciones donde por encima de la custodia, luto y homenaje a los caídos ha primado un relato monumental donde la individualidad queda desdibujada frente a una idea global y colectiva de los militares caídos –algo que contrasta radicalmente con otros memoriales similares–

La Cruz fue el punto de partida del monumento y, sin lugar a dudas, el elemento más visible que expande los límites del recinto a kilómetros de distancia. El proyecto del Valle de los Caídos había sido una reclamación histórica por parte del ala falangista liderada por Serrano Suñer. De hecho, ya eran múltiples las referencias a la cruz que aparecían en los medios de comunicación de este sector en referencia a la metáfora del Gólgota

Desde desfiles militares durante la Guerra Civil a representaciones pictóricas, el icono de una cruz en un paraje rocoso era un motivo recurrente. Representaba una llamada a los valores del catolicismo frente al laicismo de la República y Franco vió en ella “ [en el catolicismo] el cemento que permitió aglutinar a toda la derecha antiliberal y antidemocrática española en un único proyecto político que en poco se diferenciaba —en lo esencial— de las experiencias fascistas europeas del momento” .

A nivel arquitectónico, también hubo movimientos en los años previos a la Guerra Civil por parte de determinadas figuras que reclamaban una mayor presencia pública de la cruz cristiana, asediada según su versión por los cambios constitucionales que el gobierno republicano había introducido.

Será Casto Fernández-Shaw autor del proyecto “Templo-rascacielos La Cruz Soñada” que reivindicaba la recuperación de la cruz como elemento simbólico de la vida civil, y también hijo del poeta uno de los estudios de arquitectura que se presenten al concurso para la realización de la cruz del Valle de los Caídos.

Las propuestas para la Cruz, recogidas en un volumen de la Revista Nacional de Arquitectura, evidencian las diferentes sensibilidades en torno a un símbolo de los nuevos tiempos.

Primer premio otorgado a Enrique Huidobro, Luis Moya y Manuel Thomas. "Tratándose en esencia de proyectar una Cruz, desde el primer momento decidimos conseguir una silueta limpia de Cruz, que tuviera las proporciones de la verdadera en que murió Nuestro Seiior, que, según la opinión de la mayoría de los exégetas, fueron las que, en líneas generales, hemos dado a nuestro proyecto"

Segundo premio otorgado a Juan del Corro, Federico Faci y Francisco Belosillo. "Esta gran construcción ha de durar siglos y por ningún concepto su arquitectura será mezquina, estilista, y me11os aún ajustada a ciertas co11cepc10nes que hoy nos pueden parecer adaptadas al momen- to y que envejecerán mruiana; nuestra ar- quztectura ha de ser de tal seriedad, de tal sobriedad y permanencia, que su es- tética domine el paso de los siglos, . que su proporción sea inalterable y que su du- ración sea eterna, desde el punto de vista humano."

Accesit otorgado a Javier Barroso. "Nuestra primera tarea ha sido buscar justeza en los pensamientos, para que, condensando en ellos, de forma muy precisa, lo que fue el sentido de nuestra Cruzada, pudiéramos traducirla totalmente en actos de arte. Y que el mismo orden dialéctico de desarrollo de nuestras ideas fuera seguido por un orden dialéctico de desarrollo de las formas: y que todos los detalles - mejor dicho, todas las partes, porque en la ejecución no existen los delalles- despertaran bloques de pensamientos y armonías de emoción - recuerdos---, de aplicación tan estricta que sólo se ade- cuaran a un momento histórico, limitado en el espacio a España, y en el tiempo a la Cruzada que empezó el 18 de julio de 1936"

Accesit otorgado a Manuel Muñoz y Manuel Herrero Palacios.

Accesit otorgado a Luis Martínez Feduchi y Fernando Rodriguez Avial.

Accesit otorgado a Javier García-Lomas, Carlos Roa y Francisco González-Quijano

Propuesta fuera de concurso de Francisco Asís-Cabrero

Propuesta fuera de concurso de Sáenz Oiza.